La absurda realidad

Hace aproximadamente 12 años que comencé a tomar fotografías, mi mayor ejemplo fue mi abuelo materno llamado Miguel Reyes Flores, quién tenía una cámara polaroid y siempre nos buscaba a mí tío y a mí de modelos, me encanta ver la magia de un click y luego ver la foto "revelada" después de sacudirla y esperar a que la verdad se visualizara.

Estos momentos tan efímeros y tan cortos han resultado el mayor tesoro histórico de la familia, gracias a esas fotos detrás de un ojo observador puedo ver parte de mi vida, de mi contexto y de mi crecimiento, puedo ver la forma en la que se vestían las personas y comienza a desarollarse hasta un análisis y contexto de la época.

Bueno pues qué más debo decir si cuando era niña vivía grandes experiencias a su lado e ibamos a esas tiendas amarillas a revelar fotos y comprar cartuchos.

Mi abuela Tere decía: "Esos cartuchos caros" ya va por otro tu abuelito, el amado e imcomprendido abuelo artista que me enseñó a su forma a creer en mí , en mi lado artista y que hasta hace poco pude explorar del todo en todas sus facetas.

Hoy me encuentro ante un reto, ¿ continúo o no continúo?

¿Será que solo necesito pausar?...

Necesito respuestas, espero encontrarlas.